Su personaje en Sueños de libertad ha hecho de Marta Belmonte (Barcelona, 1982) el referente LGTBIQA+ del momento, pero lo cierto es
que la actriz lleva toda la vida sobre los escenarios y en las pantallas. En la popular serie interpreta a doña Marta, una mujer combativa,
avanzada y ciertamente apasionante que forma parte de un elenco en el que los personajes femeninos han sido especialmente cuidados.

«Diagonal y Atresmedia han apostado por personajes y mujeres fuertes. Cada una tiene su objetivo y su sueño, y todas tienen una fortaleza espectacular que no está exenta de flaquezas, por descontado. Esto es algo poco usual. Todas dan la cara o echan las cosas en cara, son capaces de hablar y tienen un carácter marcado con fortalezas y debilidades», nos confiesa la actriz.
Belmonte reconoce que su personaje «está en un lugar privilegiado porque tiene tramas con la familia y con la empresa, y es ahí donde se desenvuelve como empresaria dentro de un mundo de hombres. Ahí tiene su lucha». En Sueños de libertad, por supuesto, no solo hay negocios. También se alza como protagonista del amor: «Y, cómo no, en la serie tiene peso también su trama amorosa. Está más aislada en el entorno de amigas, es la pata de la que cojea. Pero si tuviera amigas, no habría tenido ese carácter y habría podido descansar. En definitiva, en la serie no hay personajes blancos».
MARTA BELMONTE. En muchas ocasiones, cuando me ha resultado ingrato, cuando las producciones no salen como quieres o cuando la gente opina de más. En esos momentos puedes decir: «Si esto no mejora o si yo misma no consigo disfrutar por los nervios o la tensión, se acabó». Es algo que depende de los demás, pero también de una misma, porque si no puedes gestionar las cosas de manera diferente, piensas que igual tienes que dedicarte a otra cosa.
«Cuando la gente opina de más». ¿A qué te refieres?
En mi caso, me refiero a la parte de la propia producción, a estar en un proyecto en el que no hay apoyo, hay boicot o hay comentarios que no favorecen tu trabajo. Cuando estás en un lugar en el que crees que no funcionas o hay gente por arriba que te puede mandar a casa. Ya sabes, esas famosas leyendas a veces pasan. Lo de «era el protagonista de la serie, pero ya no lo es porque decidieron grabar con otra persona».
Depende de para qué. Para algunas cosas, la tolerancia de frustración es cero, y me siento pequeña rápido y prefiero cambiar a otra cosa. Reconozco que no soy la más disciplinada del mundo, pero, a la hora de sacar parejas adelante o en los deportes, soy muy cabezona. En realidad, es más por cabezonería que por actitudes.
Siempre hay shippeo en las redes, pero con vuestros personajes es especialmente llamativo. Pienso que hay mucho detective privado desperdiciado en internet…